La soledad puede afectar nuestra salud mental y física, así que ¿cómo podemos liberarnos de ella? Hay muchas ocasiones en las que podemos estar solos: trabajando a distancia, viajando solos o incluso viviendo solos, pero ten en cuenta estos 4 pasos para alejarse de la soledad.
Que estemos solos no significa que nos sintamos solos. A veces nos encanta este «tiempo a solas», que nos permite realizar actividades que nos gustan por nuestra cuenta. Pero a muchos de nosotros no nos gusta admitir que nos sentimos solos de vez en cuando.
La Asociación Americana de Psicología (APA) define la soledad como «…incomodidad o malestar por estar o percibir que se está solo….» La APA cita varias razones para la soledad, como la falta de compañía o la falta de cercanía deseada en las relaciones.
Ciertas situaciones, como el traslado a una nueva ciudad, o un cambio importante en la vida, como el divorcio, pueden contribuir a la sensación de soledad. Cualquier acontecimiento que afecte negativamente a tus círculos sociales puede hacer que te sientas solo.
Los problemas de salud mental también pueden influir. Una persona con ansiedad social puede tener dificultades para relacionarse con los demás, aunque anhele la conexión humana.
Incluso podemos sentirnos solos cuando estamos rodeados de otras personas. Por ejemplo, puedes sentirte solo si viajas a un país cuyo idioma no conoces. A menudo, los adolescentes que se sienten incomprendidos por sus padres y hermanos pueden sentirse solos en casa.
4 pasos para alejarse de la soledad
Independientemente del motivo, la soledad es dolorosa. Y lo que es peor, puede provocar problemas de salud mental, como la depresión y la enfermedad de Alzheimer, trastornos físicos, como las enfermedades cardíacas y el cáncer. Sin embargo, podemos tomar medidas para afrontar la soledad e incluso cambiar nuestro estado de ánimo.
Paso 1: practicar la gratitud
Los estudios han demostrado que los actos de gratitud pueden ayudarnos a sentirnos más positivos y a tener relaciones más fuertes. Piensa en las personas que aprecias en tu vida. Puede tratarse de alguien del pasado que tuvo un gran impacto en tu vida, como un mentor en tu juventud. O puede ser alguien a quien ves con más frecuencia, como el amigo que recientemente te ayudó a mudarse.
Considera la posibilidad de enviar a esa persona una tarjeta o carta escrita a mano, de enviarle un correo electrónico o de llamarle para expresarle su agradecimiento. No sólo le alegrarás el día a alguien con tu acción, sino que tú mismo te harás más feliz al fomentar la conexión y ser amable.
Incluso el reconocimiento silencioso de una buena persona o situación en tu vida puede desarrollar un sentimiento de gratitud. Llevar un diario de gratitud, en el que se escribe lo que se agradece, puede mejorar la salud mental. Llevar un diario de gratitud nos ayuda a darnos cuenta de lo que tenemos en nuestras vidas, en lugar de lo que nos falta.
Para un enfoque más específico del diario de gratitud, sigue el ejercicio de las Tres Cosas Buenas, en el que escribes sobre tres cosas buenas (grandes o pequeñas) que te han ocurrido a lo largo del día. Prueba esta práctica diariamente durante un periodo determinado, como una semana y observa si tu sensación de soledad ha cambiado.
Paso 2: Participar en actividades significativas
Al dedicarte a tus pasiones, tu mente y tu espíritu están comprometidos, lo que disminuye la sensación de soledad. Si te unes a un equipo deportivo de recreo, a un club de lectura de la biblioteca, a un voluntariado o a otras actividades que te gusten, es más probable que conozcas a otras personas con las que compartas intereses.
Si notas que no ves a tus amigos tan a menudo como te gustaría, considera la posibilidad de organizar una reunión virtual recurrente. Tener una fecha y una hora planificadas en tu calendario (por ejemplo, a las 14:00 horas cada dos martes) animará a todos a reunirse automáticamente y facilitará el mantenimiento de las conexiones entre ustedes.
Paso 3: Recuerda que eres único
Sentirse «menos que» puede contribuir a la sensación de soledad. Intenta evitar compararte con los demás. Es humano mirar a otra persona y sentirse triste cuando sus sentimientos superficiales o su situación aparente parecen más felices que los nuestros.
Tenemos mentes muy críticas. Nuestra mente ha evolucionado para ser nuestro detector de amenazas. Y nuestro cerebro va a estar pendiente de cosas como: “¿Estás haciendo todas las cosas para conectarte?”.
Parte de la información puede ser útil y otra no. La única manera de saber realmente, es desactivar –dar un paso atrás y notar– que tu mente está teniendo un día de campo con tus interacciones sociales. Y eso te da la libertad de preguntar: “¿Me está ayudando esto?” “¿O puedo organizar mis pensamientos y mi energía mental de otra manera?».
A veces, si nos enganchamos a las evaluaciones sociales negativas, podemos quedarnos atascados en la organización de nuestro comportamiento en torno a la evasión. Como resultado, es posible que no te comportes de la manera que más te beneficia y, en cambio, estás alimentando un juicio personal negativo.
Estar solo y sentirlo no es lo mismo, encontrar momentos de soledad es saludable para la mente y el cuerpo. Estas comparaciones pueden crear una sensación de distancia con los demás. Sin embargo, esto aumenta la sensación de aislamiento. Es importante darse cuenta de que nunca sabemos lo que pasa en la vida de otra persona.
Todos tenemos momentos buenos y períodos difíciles en nuestras vidas, y tener presente esta verdad universal puede ayudarnos a sentirnos conectados. Por otro lado, recuerda que eres único: no hay nadie más en la tierra como tú. Puede ser satisfactorio reconocer que estás haciendo lo que puedes con lo que tienes.
Paso 4: Conéctate contigo mismo
La palabra “soledad” suele implicar que hay una oportunidad para reflexionar o hacer cosas que nos gustan. Aunque hay varias formas de reducir la soledad mediante la conexión con los demás, considera la relación que tienes contigo mismo y cómo puedes enriquecerla. Si puedes hacerlo, te sentirás menos aislado.
Sigue estos 4 pasos para alejarse de la soledad. Cambia tus criterios de éxito. No te preguntes: “¿Estoy a la altura de quien está en mis círculos sociales?” “¿Estoy manteniendo el ritmo de una manera que mi mente dice que es comparable a la de los demás?” En su lugar, pregúntate: “¿Estoy siendo fiel a mí mismo hoy?” “¿He sido amable o un buen amigo?” “¿He hecho cosas que son coherentes con lo que valoro?».
Realizar pequeñas elecciones mentales y pequeños cambios habituales a lo largo del tiempo puede darte una sensación de autoeficacia, estima y comodidad contigo mismo.
Dedica un tiempo al día a comprobar tu estado de ánimo. Puedes meditar, rezar, practicar yoga o leer un par de páginas de un texto espiritual. Esta práctica puede realizarse en tan sólo cinco minutos, pero es útil hacerla todos los días para que se convierta en un hábito saludable.
Señales secretas de que padeces soledad
El sentimiento de soledad es complejo y difícil de definir. Muchas personas consideran que se trata de algo negativo, aunque es cierto que disfrutar de la soledad es importante.
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